Marta Dieste

 

Buenas, soy Marta y tengo 20 años. Escribo para contar un poco su experiencia del retiro que he hecho en el convento de las hermanas Agustinas de Santa Ana en Sant Mateu.

Os pongo en situación sobre cómo estaba anímicamente antes de venir. No estaba pasando por un buen momento y además, a pesar de esto, tampoco podía descansar en el Señor, así que me aconsejaron hacer un retiro.

Desde que llamé al convento para fijar cuando venir, tenía muchísimas ganas de llegar, descansar en el Señor y desconectar un poco de todo lo que me rodeaba. Pero claro, el demonio también hace de las suyas, así pues, yo quedé con ellas que vendría una tarde, antes de hacer el retiro, para hablar y entre otras cosas me dijeron que durante el retiro lo que tenía que hacer era estar sola para enco0ntrarme conmigo misma y con el Señor. A todo esto, he de destacar que tengo pánico a estar sola y entonces me fue entrando miedo, conforme se acercaban los días para irme de retiro.

Pero ahora que ya ha acabado el retiro, puedo decir que esa soledad de la que yo tenía miedo, no la he vivido ningún día, aunque estuviera sola, ya que, me he sentido acompañada por el Señor en todo momento. Este tiempo ha sido corto pero intenso, me he dado cuenta, mediante la oración y el escrute, de la alegría y paz que da en el corazón descansar en el Señor, sabiendo que es Él quien lo lleva todo.

También quiero destacar, que me ha ayudado mucho el hablar con las hermanas, que me contaran sus experiencias de Dios, sobre cómo habían sentido la vocación, en esos momentos te das cuenta de lo que nos quiere y de lo grande que es el Señor, ya que realmente, lo da ¡¡TODO!! Por cada uno de nosotros.

Además me ha impactado lo querida y acogida que me he sentido por las monjitas, ya que, desde el primer momento se abrieron y a pesar de sus “quehaceres” no dudaban en venir conmigo los ratitos que podían.

Así pues, solo me queda agradecer de todo corazón al Señor y a las Hermanas Agustinas de Santa Ana por haberme regalado este grandísimo retiro.