Ana Robledillo Martín
La experiencia…
Muy buena. Desde el primer minuto que entré por la puerta.
Soy una chica de 25 años y poco había experimentado lo que es estar sola, sola con Dios. Me da mucho miedo la soledad, pero aquí me he sentido muy acompañada.
Tengo que agradecerle a Dios estos días que he disfrutado con El. A estas Hermanas, madres…por haberme acogido, por abrirme las puertas, por servirme. Me han dado mucha fuerza. Con que alegría salen a recibir a una persona desconocida como lo era yo cuando vine.
¿Qué me llevo a casa? TODO.
Me voy con paz, con alegría. Me voy con experiencias que por miedo nunca había vivido. He caminado en medio de la montaña, en medio de un camino desconocido y me fui con fuerzas, porque había unas hermanas rezando por mí.
Solo tengo palabras de agradecimiento hacia ellas. Espero que el Señor las siga bendiciendo como hasta ahora está haciendo en cada una de ellas.
Es realmente maravilloso escuchar las experiencias de cada una de ellas. Cómo en medio de cada historia el Señor las rescata y ellas aceptando la voluntad de Dios pueden estar hoy aquí. Dando testimonio y ejemplo.
¿Lo que me gustaría en esta vida?
Que toda persona experimentara un retiro.
Por días, horas, minutos…las preocupaciones del día a día, los miedos, las ataduras que tienes en el mundo, se van…desaparecen los miedos, las preocupaciones. Sólo estas tu y Dios.
Y por eso me voy con paz.
Gracias, gracias y GRACIAS.