Los caminos del Señor son insondables cuando dejamos que Él reine en nuestros corazones y nos rendimos, o mejor, amamos sus designios para con nosotros. Así, Él dejó a muchos (y especialmente a mí) pasmados cuando sentí que podía estar llamándome a la Vida Consagrada y particularmente a esta comunidad de monjas Agustinas en Sant Mateu. Pero, si pareció un milagro que esta “hija pródiga” levantase la cabeza y se diera cuenta de la miseria en la que estaba viviendo con el corazón lejos del Padre.


Mayor ha sido el milagro para que esta hija haya encontrado la fuerza necesaria para ponerse de
camino y haya asumido vivir según las normas de su Creador.
Así, ante el asombro del “mundo”, el día 10 de septiembre del 2022, los coros celestiales celebraban el retorno a casa y el abrazo del Padre de esta hija perdida, patente al exterior mediante la toma de hábito. Si bien todavía es pronto para que me ponga el anillo en el dedo, el Señor ha tenido la gran misericordia de consentir que sus hijas, que forman esta Comunidad tan querida por Él, me vistieran con el traje de gala apropiado para el Banquete de Bodas, al cual de momento, y por medio de ellas, seguimos en el discernimiento de la voluntad del Padre sobre mi..

Con esto ha comenzado para mí un nuevo camino en Su casa, acompañada por mis hermanas, para
que junto a ellas forme parte de la sola alma y solo corazón en marcha hacia Dios que nos dejó en legado Nuestro Padre San Agustín.