La propia muerte, la muerte de los nuestros y de los que nos rodean se ha vuelto un tema tabú de forma paradójica en una sociedad que recurre a esta misma muerte como «solución» a problemas, cuando esta solución solo se busca «de tejas abajo».

En esta ocasión la entrevista de la mañana resultó muy interesante, participaban D. Ignacio Perez de Heredia (presbítero de 85 años,) Rosa Navarro (viuda de Dario), Dino Coto (recién superado un linfoma), María Huerta (que vivió el año pasado la muerte de su padre de una forma muy especial) y Jorge Ribera (con 23 años en lucha a cuartel con una colección de leucemias). Todos nos dejaron un toque de alegría en el sufrimiento, una cercanía de Dios en el dolor, un crecer en humanidad y valores que cuando todo va bien se nos escapan…

Por la tarde el testimonio corrió a cargo de la Familia Ramos, y desde los papás: Eugenio y Carmina, hasta los dos hijos, nos fueron haciendo partícipes de la experiencia tan especial que fue el nacimiento y la marcha a la vida eterna del menor de la familia: Pedro (Pedro «el grande» o San Pedro, como ellos le llamaban). La adoración guiada por Raúl Eguía fue otro regalo de gracia y bendición que ese día nos cupo en suerte.