El cáliz de la última cena, custodiado en Valencia, el sudario que envolvió el rostro de Jesús, hoy en Oviedo y la Sábana Santa o Síndone de Turín que envolvió su cuerpo y que refleja de forma extraordinaria la crueldad de la pasión y la irradiación de la resurrección, explicados con competencia y viveza nos pusieron muy en contacto con Jesús Vivo y dador de Vida en este primer encuentro del año.